Con la esperanza de reparar su relación con su hermana Ruby, Leti convierte a una destartalada casa victoriana de Chicago en una pensión, lo que aviva el racismo del vecindario y despierta a espíritus que estaban atrapados en la casa. La conciencia abruma a Atticus mientras la esposa de George, Hipólita, lo presiona para que cuente la historia completa de lo sucedido en Ardham.