Cada vez que se produce un golpe de tambor, las habitaciones de la enigmática mansión rotan. Tanjiro y Zenitsu terminan separados a consecuencia del extraño fenómeno. Zenitsu, presa del pánico, avanza en compañía de Shoichi, uno de los niños que buscan a su hermano raptado. En otra estancia, mientras tanto, Tanjiro se topa con el amo de la casa, un demonio cuyo cuerpo alberga distintos tambores, y con otro curioso personaje que lleva puesta una cabeza de jabalí.