Pilaf convoca a Shenlong, pero mientras pide su deseo, Oolong se interpone de un salto y pide unas bragas. Goku y los demás consiguen escapar del cuarto, pero los cinco son capturados de nuevo. Esta nueva sala tiene paredes de acero y un techo de vidrio blindado. Mientras esperan la muerte calcinados por el sol del desierto, Goku mira la luna llena y se transforma en Ōzaru, un gigantesco primate salvaje.