La ciudad de Milán sufre la repetición de numerosos crímenes entre los cuales destaca la desaparición de chicas menores. El comisario Paolo Germi, creyendo poco eficaces los métodos tradicionales de la policía, para indagar sobre los asesinatos, finge a su vez ser un carterista y toma como ayudante al ladronzuelo Giannino. Llega con escasos resultados hasta el ambiguo Sindicato Milanés de Colaboradores Domésticos en donde localiza y mata al bandido Menga.