Después de llevar cinco años casado, Narciso encuentra monótona su vida marital con Carlota. Por ello aspira a una nueva boda con su secretaria, Manolita, una muchacha sin prejuicios y liberada. Debido a que desempeña un alto cargo en el Ministerio, Narciso no puede convivir con su amada, porque peligraría su puesto. Sin embargo, pronto llega la ansiada ley del divorcio y Narciso se apresura a tramitar el suyo.