Historia de Ana (Ana Luisa Peluffo), con el rostro desfigurado, quien desea matarse, pero es salvada por el pianista Germán (Joaquín Cordero), que le da cobijo y la invita a cenar. Cierto día reencuentra a Rodolfo (Alberto de Mendoza), rico hampón quien fue el causante de su desgracia (sin que éste la recuerde), se enamora y la manda con un gran cirujano para que la opere.