Patty y Drake compran una gran casa y para poder pagarla deciden alquilar el piso inferior. Y entonces comienzan sus problemas, porque su inquilino no está dispuesto ni a pagar el alquiler ni tampoco a marcharse. Sus planes son otros: se aprovechará de que la ley está de su parte para provocar a los propietarios del modo más retorcido y cruel, a la espera de que su reacción sea constitutiva de delito.