Laura, trabajadora de un banco de Londres, se pone constantemente a ella y a su familia en peligro mortal tras denunciar irregularidades en las cuentas internacionales de su banco con el NCIS. Descubre que el dinero pertenece a carteles de droga de Sudamérica, y su familia y ella deben acogerse al programa de protección de testigos y ser reubicados.