Su hijo mayor ya ha dejado el hogar, las cortinas de su despacho están llenas de hormigas, y su marido corre tras el bus tras dejarla en la calle. La vida de Pomme es una serie de decepciones. A lo largo de los años, Pomme y Pierre se han separado y su relación, aunque no esté muerta, no está realmente viva. Incluso su intento de beber champán juntos falla cuando la botella explota en el congelador. Un día se van de senderismo y Pomme decide de repente quedarse atrás en el bosque, sola…