La inspectora Corinne Levasseur es muy diferente a sus compañeros. Además de joven y guapa, tiene un particular sentido del deber y la justicia, que resulta molesto a sus superiores. Por ello, deciden destinar a Corinne a una oficina, en una pequeña ciudad del Norte de Francia. Su gran oportunidad se presenta algún tiempo después, cuando le asignan el caso de una red de prostitución de menores.