Kiyoko y su familia viven en el distrito central de Tokio. Tiene 23 años, es cobradora de autobús, pero anhela llegar a algo más en la vida. Su modelo es Katsuura, una inquilina que vive en su casa y que lee, pinta y escucha sus propios discos. Harta de las constantes rencillas de sus familiares por motivos económicos, se traslada a los suburbios y alquila una habitación a una anciana viuda.