El ejecutivo publicitario Ted Kramer consigue la mejor cuenta de la agencia el mismo día en que su mujer decide divorciarse, dejándole solo con su hijo de 7 años. Comienza así una dura etapa en la que tendrá que ejercer de padre soltero de un niño que echa de menos a su madre y, al mismo tiempo, no descuidar su carrera profesional. Cuando tras un tiempo parece que la relación con su hijo va mejorando, la madre aparece para pedir la custodia del pequeño.